Un día descubres los bolsillos
huérfanos de canicas y de cromos,
hechas de menos el balón de los recreos
y las novelas de Marcial Lafuente Estefanía.
Nada queda de las tardes de aventura,
de la búsqueda de nidos y de setas,
bocadillos de nocilla, tigretones y phoskitos,
el dictado, la tabla de multiplicar estrellas,
y los afluentes del Duero que recitabas de memoria
ante la severa pizarra de la primera escuela.
También se han ido los muñecos de nieve,
los héroes de los tebeos derrotando a los malvados,
el Sil allá abajo como una frontera de misterio
y las mariposas clavadas
en los alfileres de la inocencia.
Encuentras en cambio más arrugas en la cara,
alarmas blancas entre el pelo
y los gestos como cansados
al borde de un abismo.
Te queman las tarjetas bancarias casi sin fondos,
los buzones inundados de publicidad,
la cita con el oftalmólogo,
la comunidad de vecinos, los atascos,
tantas revoluciones perdidas,
y el despertar malhumorado de tu compañera.
Sabes entonces que tu infancia ha quedado muy atrás,
que el barco pirata naufragó hace tiempo
y que el Capitán Trueno
no acudirá jamás
a rescatar a la princesa.
huérfanos de canicas y de cromos,
hechas de menos el balón de los recreos
y las novelas de Marcial Lafuente Estefanía.
Nada queda de las tardes de aventura,
de la búsqueda de nidos y de setas,
bocadillos de nocilla, tigretones y phoskitos,
el dictado, la tabla de multiplicar estrellas,
y los afluentes del Duero que recitabas de memoria
ante la severa pizarra de la primera escuela.
También se han ido los muñecos de nieve,
los héroes de los tebeos derrotando a los malvados,
el Sil allá abajo como una frontera de misterio
y las mariposas clavadas
en los alfileres de la inocencia.
Encuentras en cambio más arrugas en la cara,
alarmas blancas entre el pelo
y los gestos como cansados
al borde de un abismo.
Te queman las tarjetas bancarias casi sin fondos,
los buzones inundados de publicidad,
la cita con el oftalmólogo,
la comunidad de vecinos, los atascos,
tantas revoluciones perdidas,
y el despertar malhumorado de tu compañera.
Sabes entonces que tu infancia ha quedado muy atrás,
que el barco pirata naufragó hace tiempo
y que el Capitán Trueno
no acudirá jamás
a rescatar a la princesa.
9 comentarios:
Este poema agromou en castelán e así o deixei. Coido que saberedes desculparme.
O poema non deixa de ser fermoso en castelán (pero é certo que me sorprendeu a mudanza de lingua)
Pois é ben fermoso.
Podes facer a versión en galego, seguro que aínda será máis fermoso.
E non te preocupes, a sorte que temos os galegos é que nos defendemos en dous idiomas, non coma "outros", por iso o atacan. Envexa, pura envexa que nos teñen.
Eu sempre reivindico as dúas linguas, aínda que o castelán tiven que aprendelo a forza e con moitas humillacións, agora é tan meu coma "deles" e non estou disposta a renunciar a el, por iso no meu blog escribo nas dúas linguas.
Bicos
Agromase no que agromase, é ben bonito. E unha gran verdade.
Saúdos
Veña como veña, ben recibido é. Moi fermoso.
Quedan atrás muchas cosas...
Pero otras están por llegar...
Lo único que necesitamos es ese alma de niño en nuestras vidas, que cada día nos tropecemos con ella en nuestros quehaceres, para que sigamos volando...
un relato muy bien hilado.
Un abrazo y que pases unos felices días.
Vexo que anda ocupado xa que non actualiza: só quero desexarlle un bon nadal e os mellores días xunto a aqueles que o queren.
Eu viña con Kaplan para cantar unha panxoliña. Pero case vai ser mellor que eu faga playback e deixe a felicitación por escrito.
Boas Festas, señor Raposo!
Bos días amicus:
"Alarmas blancas entre el pelo..."
"Encuentras en cambio más arrugas en la cara..."
"y los gestos cansados
al borde de un abismo"
Por comparación:
"Armas blancas, cortantes que dejan memoria en cicatrices en la cara. De tantas gesticulaciones que asemejan, unos los bordes de esas mismas arrugas en forma de diaclasas y valles..." De la profundidad de lo recorrido.
Armas blancas que van segando la vida (y dejan huellas en el pelo)
Hermoso poema, con tanta retórica como paso del tiempo de los recuerdos felices y las situaciones nuevas que comportan responsabilidades.
En la primera parte hay puerilidad, tiempo pretérito de niñez..."alfileres de la inocencia."
Luego hay madurez y presente...compartido y realista donde los temperamentos dan al traste con los planteamientos que nos presentaban los dibujantes y guionistas de buenos tebeos...
Breves saludos festivos
Deica logo amicus...
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